2009/10/02

Agur, Colombia.

Ya solo quedan dos días para marchar de aquí. Ayer fuimos a Bogotá para comprar algunas cosas para los enanos, y pudimos ver otras partes, bastante diferentes, de la ciudad. Daba un poco de mieditis, pero allí se compraba en cantidad y es más barato. La gente andaba por las aceras apelotonada, parecía el manhattan suramericano. La pasé chévere! jeje.

Ya hoy hemos empezado a preparar todo, a "empacar" las maletas, a escribir las cartas de despedida, etc. Jo... que pena da. Tanto tiempo aquí, cuando volvimos de Cartagena, del Caribe, decíamos Aran y yo: "ya volvemos a casa...", como si esto sería ya nuestra casa. Si que tengo muchas ganas de volver y ver a todo el mundo pero en tres meses da tiempo a coger cariño a la gente. Y es que... además... ¿cómo se supone que te tienes que despedir de los niños? Yo me voy a mi Bilbo, a mi casita, con mi familia, con mis amigos... pero sabiendo que algunos de estos niños se quedan toda la vida en institución, otros se reintegran con las familias (aquellas que antes les han violado o maltratado) y en el mejor de los casos se van a la otra punta del mundo con familias nuevas... Te despides sabiendo que nunca les volverás a ver ni a saber de ellos, de esos niños de los que por tres meses has sido "mamá", acompañándoles en sus buenos y malos momentos, aguantando sus bobadas y sus esperanzas de futuro.

Toca sonreir y decirles que les vaya bien en la vida, aunque en tu fuero interno sabes que probablemente no será así. Me gustaría decirles que miren por su vida, que piensen en ellos y no en el qué dirán, que mantengan la cabeza bien alta pese a los comentarios, que son personas dignas con derecho a una buena vida, que no se dejen hacer daño y que se valoren por encima de todo... me gustaría que así lo hicieran, pero son niños que ya no tienen confianza en sí mismos ni en sus posibilidades. Me gustaría tanto ayudarles en sus dificultades... y sé que no se puede, que son tres meses y no más. Y sé que aunque les diga todo eso de poco servirá, y que serán ellos mismos los que tengan que luchar por su vida.

También me da pena despedirme de las hermanas, sobre todo de alguna... ellas que dan su vida por los demás, toda toda su vida a los demás...se llevan unos disgustos, unos agobios... a cambio de, en principio, nada. Nos han acogido como dos más, nos han hecho un huequecillo en su hogar y en muchas ocasiones nos han sabido hacer especiales.

En cuanto a Colombia... qué decir! Es un país muy diferente al nuestro, con sus problemas, pero al que desde luego espero volver, y seguir conociéndolo, su cultura y sus paisajes, y recomiendo a todos que dejemos los prejuicios y miedos tontos a un lado y nos permitamos conocer lugares como este, desde la precaución pero también desde el querer saber y conocer, no haciendo caso de mitos, como si nos creyésemos todos los cuentos de lobos. Yo invitaría a que buscaseis imágenes de esta zona, y vereis de lo que hablo! En definitiva... Viva Colombia!

Nada más, creo que esta es la última entrada desde aquí. Como resúmen, estos tres meses han sido impresionantes, con momentos duros, muy duros, pero que sin ninguna duda se han visto recompensados con esos miles de ratos de risas y juegos que hemos compartido con los peques y con las hermanas. Las comidas y las telenovelas, los descansos y las persecuciones, los gritos y las caricias, los chistes y los chismes. Y muchas cosas más. Aprender mucho sobre la infancia y sobre "las diferentes infancias". Disfrutar trabajando y jugando. Aprender profesional y personalmente. Aprender a valorar lo que tengo y a valorar lo importante de DAR, el "dar" con mayúsculas, porque no solo es dar propinas, o dar lástima, o dar un discurso, es DAR, es dar de corazón, el dar sin recibir, el dar por dar, porque a mi me dieron por suerte y ahora me toca DAR a quienes no corrieron la misma suerte.

Y sobre todo, ver el mundo desde otro lado, mirar la vida con ojos diferentes, sentir de manera distinta.


Ondo lo egin.

Idoia.